Santa Cruz: Realidad del fútbol femenino

DLF conversó con María Mardones, jugadora de El Ciclón, de Calafate. Proviene de una familia futbolera. Descripción de la disciplina de futsal y once en la provincia.

Por Maximiliano Marasso

La pasión por el fútbol femenino no conoce fronteras y crece día a día. En nuestro país se practica a lo largo y ancho en cada una de las diferentes provincias. Hay ligas con más historias, otras que surgieron hace poco. Santa Cruz, bien al sur de Argentina, a cientos de kilómetros de la liga semiprofesional de Buenos Aires (AFA), también respira fútbol, siendo la segunda provincia más extensa territorialmente pero con la menor densidad de población (según el último censo 2010 no llegaba a los 100 mil habitantes).

Diario La Futbolista dialogó con una jugadora de El Ciclón, de la ciudad turística El Calafate, para graficar, dimensionar la actualidad de las disciplinas de futsal y once de Santa Cruz.

María Mardones nació el 21 de febrero del 2002 en Calafate. En su ciudad hay una liga. Cuando el clima y se organizaron pudo disputar cinco campeonas de once. También practica futsal.

Descripción del fútbol femenino santacruceño: “Hay muy buen nivel, se encuentran muchas buenas jugadoras en los viajes” en referencia cuando representaba a un equipo de la capital, Río Gallegos. Y prosigue sobre la actualidad provincial. “No hay mucho lugar para jugar fútbol femenino. Hace muy pocos campeonatos. Está la liga de futsal y la liga independiente de suizo”. Ambos torneos son los únicos que tienen continuidad a lo largo de cada año.

Sobre su historia, de cómo inició su relación con la pelota nos cuenta. “Iba a los entrenamientos del equipo que tenía mi mamá y mi papá, a los ocho o nueve años pero hacía entrada en calor y eso nomás, porque no me dejaban jugar porque eran todas grandes y yo muy chiquita”. Tuvo que esperar unos años para sumarse al grupo. “Debuté con las grandes a los 13 años en un campeonato barrial y en la liga de futsal a los 15 años con autorización hecha por mis papás en el juzgado porque sin eso no podía jugar por ser menor. Quise jugar mucho antes pero tuve que esperar hasta los 15, que era la edad con la que te dejaban jugar pero con autorización”.

Su familia es netamente futbolera. Su padre, Juan Manuel Mardones (40 años) fue jugador y ahora es técnico. Su madre, Nancy Martínes (38) comparte equipo con ella. Su hermana menor, Emilce (16) juega en el club Juveniles. También posee un hermano que compite en Newell´s de la ciudad.

“He jugado en varios clubes acá en mi localidad, también me han llevado equipos de otros lados. A los 15 años me fui a jugar un Nacional en Bariloche, sub17 y el año pasado con mi equipo actual, El Ciclón, fuimos al Patagónico de Ushuaia donde salimos campeonas invictas” rememora mostrando su buena labor en futsal. Una disciplina muy practicada en el sur ya que por las condiciones climáticas se puede desarrollar todo el año, no así campo “cuando tenés el viento en contra complica un poco”.

La liga de futsal de Calafate tiene ocho integrantes. La liga de once pocas veces se pudo llevar a cabo al ser pocos equipos (cuatro). Ella, cuando hubo, vistió la camiseta de Esperanza.

“Todos los campeonatos que he jugado fueron una experiencia única y hermosa. Cada vez que juego aprendo un poco más” señala sobre las diferentes vivencias que ya tuvo con el fútbol a pesar de ser muy joven. “La que más me marcó fue el viaje a Ushuaia, fue una experiencia única, se juntaron muchas emociones al salir campeona”. En materia de campo recuerda “en once también fue muy lindo aprender. Cuando debuté fue con un gol y salimos campeonas. Cada vez que piso una cancha se vuelve único”.

A la distancia se informa, se nutre de diferentes páginas que cubren fútbol femenino y también de equipos. Sueña con ser la primera jugadora de El Calafate en llegar a jugar en Buenos Aires, sea futsal u once, aunque de elegir prefiere la cancha chica. “Futsal, porque es más movido, estás constantemente en movimiento”. También aspira a conocer personalmente a las jugadoras del club del cual es hincha, San Lorenzo.

El fútbol femenino se vive, se respira, se sueña, también en Santa Cruz.

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